lunes, 20 de octubre de 2008

Se trata de centrar el Interés en la definición del concepto "no-lugar" en relación a su aparente
contrario "lugar".
Dilucidar la existencia de límites entre ambos conceptos, su vigencia actual y su permeabilidad.
Historicamente diferentes autores han tratado de buscar definiciones precisas para ambos conceptos, que clasifican el "lugar" como lugar antropológico, de la memoria; y el "no-lugar", como lugar del
anonimato.
Partiremos de la superación de estas descripciones tan acotadas, asumiendo el lugar,
nuestro lugar, como escenario complejo de las actividades cotidianas, como hecho cultural, hecho
imaginado, aspectos todos ellos no condicionados necesariamente por el marco físico.
Más allá de buscar la tensión entre lugar y no-lugar, sus connotaciones positivas o negativas, el
interés se centra en el reconocimento del lugar como escenario donde la vida se desarrolla,
mediante estudios visuales del hecho cotidiano.
El paisaje urbano como paisaje característico de la experiencia cotidiana contemporánea constituye el marco geográfico donde se desarrollará el estudio.

Entendiendo el hecho físico como construcción cultural, se vislumbrará la pérdida de primacia del
mismo, en favor de otros aspectos, derivados de acciones cotidianas.
Contemplar un paisaje conlleva entablar un diálogo entre lo visible y lo invisible, entre lo que viene dado y lo imaginado. El no lugar contemporáneo que está en todas partes no es ya la ruina poética de Piranesi, ni el suburbio de Baudelaire.
Marc Auge en su libro "los no lugares" ya cuestiona la rígida delimitación en la definición del
concepto no-lugar, mostrando paradojas entorno al mismo. El espacio histórico urbano y
monumental, cargado de identidad y especialmente connotado se convierte por acción del turismo en parque temático, espacio globalizado, sin identidad, verdadero no-lugar contemporáneo.




“...Los turistas, hacen viajes casi inmóviles, transportados en los mismos autocares, en las mismas cabinas de avión, duermen en las mismas habitaciones de hotel climatizadas y desfilan delante de monumentos y paisajes que ya han visto cientos de veces en los folletos y las pantallas de televisión. La subjetividad está amenazada por la petrificación....” Félix Guattari .






Los años sesenta del sigo XX significarán un momento de expansión radical de la visión objetual,
liberador. Se enfatiza la importancia de la relación de la obra con el entorno.
En el caso de Robert Smithson el interés se centrará en la manipulación poética de éste.
Para Gordon Matta-Clark la atención se dirige al edificio y su dimensión espacial.
Smithson interpretaba el paisaje desde una visión simbolista. Sus no-sites fueron entendidos como "futuros olvidados", paisajes apartados de la mirada de la historia, estampas colgadas en la
eternidad. Las ruinas de Smithson eran totalmente contrarias a la ruina romántica, para él los
edificios no caen en ruinas después de haber sido construidos, sino que crecen hasta la ruina
confome son erigidos.
El no-site de Smithson es el lugar de la indeterminación, espacio en desuso, suspendido en el
tiempo. Para ser reconocido, el site necesitaba una identidad, un lugar dentro de la categoría de las cosas aceptadas por el mundo del arte, un hueco dentro de la historia del arte.
En el año 1967 Rober Smithson emprende un viaje con su cámara fotográfica por Passaic, su
ciudad natal, que por aquel entonces era un suburbio de New Jersey. En el texto "recorrido por los monumentos de Passaic", Smithson se pregunta ¿Ha sustituido Passaic a Roma como la ciudad eterna?
Desde el campo de la sociología Marc Auge define, (veinte años màs tarde que Smithson), al no lugar como un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad, ni como relacional ni
como histórico. Lo contrario sería el lugar.

El lugar antropológico de Auge se situa en el lugar de la memoria. Todavía se alude al centro
histórico como el centro de la vida, el monumento fechado reivindicado como una marca de
autenticidad, en el que la alusión al pasado complejiza el presente.
El arquitecto americano Robert Venturi publica en el año 1972, "learning from las vegas", en él
proclama la importancia de la cultura popular, la reivindicación de la estética del centro comercial, como una forma de recuperar el simbolismo de la forma arquitectónica. A partir de aquí se ha ido desarrollando todo un corpus estético basado en la aceptación de la estética globalizadora y capitalista.
Previo a todas estas experiencias se desarrollan las acciones de la Internacional Situacionista.
Establecidos como grupo hacia el año 1965, el movimiento situacionista se manifestó a la vez
como vanguardia artística, investigación experimental de la libre construcción de la vida cotidiana y finalmente como contribución a una nueva contestación revolucionaria.
La deriva es una de las prácticas mas importantes desarrolladas por los situacionistas. Ésta es
deudora del espíritu del romanticismo y el barroco, cuando los mas avezados realizaban largos
viajes en busca de gloriosos descubrimientos y arriesgadas aventuras. La variante situacionista
consiste en que éste ideal homérico no se realizaría en recónditos parajes exóticos, sino en los
escenarios cotidianos de la vida diaria. Las leyes de la deriva se manifestarían en las guías
psicogeográficas.
La psicogeografía, se refiere a los efectos que el entorno produce en las emociones y el
comportamiento de los individuos. Las guías psicogeográficas son mapas compuestos por
fragmentos de ciudades que se relacionan de forma aleatoria, no por su funcionalidad sino por su
carácter emocional.
La deriva situacionista propone una utilización experimental, no productiva, del espacio urbano,
defendiendo el carácter fragmentario de zonas urbanas diferenciales frente al carácter objetivo y
unitario de la sociedad de los espectadores.
Para lo situacionistas la aventura del descubrimiento cotidiano no podía producirse en un ambiente funcionalista, su concepto de hombre se acercaba al Homo ludens al que se referíria Johan Huizinga en su libro homónimo del año 1938. Aspiraban a que la sociedad pudiese dedicarse al disfrute continuo, liberada del trabajo. Para la realización de ésta utopía los situacionistas abogaban por un uso de la tecnología capaz de generar la suficiente abundancia material para el mantenimiento de la sociedad, al mismo tiempo manifestaban una profunda repulsa hacia la sociedad tecnificada. Pese a lo contradictorio del plantemiento el movimiento situacionista es clave a la hora de entender el devenir de la historia, el contexto de la práctica artística ligada al hecho paisajístico y espacial que desarrollaría Smithson es en parte heredero de éstas experiencias.
En nuestros días, existen movientos de reinterpretación de la ciudad contemporánea. El equipo
Stalker, de Roma, coordinado por Francesco Careri, propone el descubrimiento de la ciudad oculta, al margen de la postal de vacaciones, ajena a las connotaciones históricas y sólo connotada por la mirada del que observa.
Si en las cartografías antiguas sólo se dibujaba lo que se habitaba, la estética contemporánea parece ir justo por el camino contrario, dibujando el recorrido de lo no visitado, los pasajes inadvertidos, fuera de control y de reglas de poder, constituidos a partir de acciones espontáneas y en ocasiones inesperadas.
Las actividades cotidianas se desarrollan hoy más que nunca al margen de la zonificación dirigida.
El espacio de relación reservado tradicionalmente al agora trata de ser desplazado y dirigido por los sistemas de poder hacia el "punto de encuentro", en el que razonablemente nadie se quiere
encontrar. Los verdaderos espacios del encuentro son ahora los espacios de la indeterminación y la complejidad: fábricas convertidas en museos, descampados convertidos en mercado, polígonos
industriales del ocio, infraestructuras ocupadas por skaters. Incluso el centro histórico deseado cada vez se aleja más del centro histórico real hoy abusivamente zonificado. Por supuesto, no podemos olvidar el espacio virtual de la red como espacio real relacional contemporáneo.



"En la realidad concreta del mundo de hoy, los lugares y los espacios, los lugares y los no lugares se entrelazan, se interpenetran. La posibilidad del no lugar no está nunca ausente de cualquier lugar que sea...." Marc Auge, los no lugares.





UN HALLAZGO: MICHEL DE CERTEAU.
"lo cotidiano se inventa con mil maneras de cazar furtivamente"
En 1980 aparece la primera edición de "la invención de lo cotidiano" de Michel de Certeau, en él se exponen toda una serie de ardides que los consumidore componen para crear el ambiente de
antidisciplina que de Certeau observa en el hombre ordinario. Bajo la realidad masiva de los
poderes y las instituciones y sin hacerse ilusiones sobre su funcionamiento, de Certeau descubre un movimiento de microresistencias, las cuales fundan a su vez microlibertades, movilizan recursos insospechados, ocultos en la gente ordinaria, y con ésto desplazan las fronteras verdaderas de la influencia de los poderes sobre la multitud anónima.

"...lo cotidiano está sembrado de maravillas, espuma tan deslumbrante como la de los escritores o
los artistas. Sin nombre propio, toda suerte de lenguajes dan motivo a estas fiestas efímeras que
surgen, desaparecen o recomienzan..." Michel de Certeau.

de Certeau pertenece a la escuela freudiana de Jaques Lacan, para él la épica del sigo XX es la que realiza el hombre sin atributos (en el mismo contexto basta recordar el Ulises de James Joyce). Las cualidades que atribuye a este personaje de la épica actual serían:

1)el consumo que realiza es siempre activo y creativo, nunca se somete pasivamente a la foma del producto.
2)la habilidad en el uso de las artimañas para vencer al fuerte (la presencia anónima del poder)
3)la sensibilidad para recrear redes de intersubjetividad paralelas a los grandes poderes.

Su estudio de la vida cotidiana se enfrenta al desarrollado por Michael Focault, pues mientras éste último nos presenta una subjetividad constituida por y desde el poder, de Certeau resalta la
capacidad de resistencia constante del hombre común contra el poder.
En un segundo volumen de la invención de lo cotidiano, titulado "habitar, cocinar", y publicado
también en 1980, se estudia el "arte del vivir" en las grandes ciudades actuales, las del hombre
ordinario, el hombre sin atributos.

Cómo le gustaba repetir a Certeau: la poesía se adelanta a la ciencia:
"...y olvidaba el azar de la circunstancia, la calma o la precipitación, el sol o el frío, el principio o el
fin de la jornada, el sabor de las fresas o del abandono, el mensaje medio entendido, la primera
página de los periódicos, la voz en el teléfono, la conversaciòn más anodina, el hombre o la mujer
más anónimos, todo lo que habla, hace ruido, viene a la mente, existe"
Jaques Sojcher.


El lugar que ocupa en el mundo el hombre ordinario, existe; confiemos como hombres ordinarios
que somos en nuestra capacidad para imaginarlo.

4 comentarios:

  1. Hola chicos, os dejo el link al blog de Juan Freire, de aquí de Coruña, a ver si encontráis algo de vuestro interés:
    http://nomada.blogs.com/
    Un abrazo!!

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  2. ...más concretamente esto:
    http://delicious.com/jfreire/Urbanism
    (no lei nada todavía, me da pereza)

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  3. como q se me da un aire? voyte matar!!
    césar

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  4. http://es.geocities.com/r_tintachina/ealarriva.htm

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